En la casita de la Mariquita Nani ya se estaban guardando los abrigos, acostumbrado ritual para despedir al abuelo Invierno. Durante su visita, con su larga barba blanca y sus cabellos de plata, el abuelo los motivaba a mantenerse dentro del hogar, cerca de la chimenea, saboreando una humeante taza de leche, té o chocolate.