La vida es lectura en todas las circunstancias. Proyectamos el reflejo de lo que pensamos y lo que pensamos es determinante en el mensaje que los otros pueden leer de nuestra forma de ser, sentir, pensar y proceder.
Como la vida es pensamiento debemos dedicar especial atención a aquello que pensamos, principalmente a aquellos pensamientos que tenemos hacia nuestra persona, hacia lo que somos. Esto es tan fundamental que los pasos que demos o dejemos de dar estarán siendo frenados o impulsados por aquello que previamente hayamos podido pensar e interiorizar.
Cada día, al abrir los ojos, demos gracias a Dios por esa nueva oportunidad que nos otorga. Iniciar el día en agradecimiento es importante porque estamos reconociendo, dentro de nuestra condición humana, que disponemos de un tiempo limitado de vida terrenal que debemos disfrutar y saber muy bien aprovechar.
El primer regalo que Dios nos ha otorgado es la vida y con ella el cuerpo que la acoge. Fuimos hechos a imagen y semejanza de Nuestro Creador y, solo por eso, cada uno de nosotros es lo mejor de lo mejor, único y especial.
Amarnos a nosotros mismos es la forma ideal de comenzar a poner en acción aquello que Nuestro Creador nos manda: amarlo a él, por sobre todas las cosas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Ahí está la clave, podremos amar si primero vivimos el amor, y vivir el amor comienza por amar lo que somos en cuerpo y alma, por estar en armonía, primero con nosotros, para luego poder estar en armonía con todo lo demás; por buscar equilibrio entre lo que pensamos y lo que hacemos.
Cuando te ves en el espejo, cada día, abrázate y dile a tu yo: “Te amo, estoy orgullosa de ti, eres valiente, fuerte y espiritual, eres una criatura de luz y mensajera del amor de Dios”.
Si aceptas lo que refleja tu espejo y estás en armonía con aquello que has dejado crecer en tu alma, serás feliz, porque desde una alta vibración de amor podrás vivir para Dios, para ti, para la humanidad.
Escribe en tus pensamientos: Tengo fe en Dios y en mis potencialidades y tanto tú, como los demás, podrán leer en tu proceder: paz, positivismo, confianza, discernimiento, salud física y espiritual, respeto, amor y éxito.
Quiérete como eres, mírate con los ojos del amor, lee en ti el mensaje que Dios plasmó al crearte: “Eres una criatura de luz que tienes suficiente fuerza y capacidad para iluminar tu vida y la de aquellos que te rodean”. Da pues luz al mundo con pensamientos positivos que puedan catapultar tu desarrollo integral y te lleven a transcender. Así será si así lo piensas.
La imagen fue tomada de:Vidrio Vectores por Vecteezy
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