(19 de agosto de 2020)
¡Qué felicidad! ¡Qué privilegio! Estar rodeada de mis seres queridos, mi gran familia: mis padres, abuelos, mis hermanos y sus respectivas familias.
No puedo describir la forma como esto trabaja en mí. Siento que respiro amor, aceptación, respaldo, protección, recuerdos, olores, sabores, miedos y anhelos y voy tomando un poco de todo esto y llenando mi corazón de confianza, de sueños.
Sus risas, sus miradas, sus discusiones, las paredes que nos rodean, todo es conocido, todo es tan familiar para mí, al grado que no distingo cuando la carcajada o el llanto es el mío o el de otro de ellos. Somos uno, vibramos en armonía y tenemos lazos de sangre que nos hacen tener un nivel de empatía tal que sentimos por el otro como si lo estuviéramos viviendo en nuestra propia piel.
No solo hemos compartido el mismo vientre, sino también el mismo techo, las mismas experiencias de amor y el mismo privilegio de ser, sencillamente una familia donde reina la confianza, el cariño y el respeto. ¡Qué más se puede pedir!
Agradecida de tenerlos,
Doña Aguja,
Estela, el diario de la Señora Puntada
La imagen fue tomada de: Dibujos Vectores por Vecteezy