Din, don, suele llamarnos
la campana del deber
y nosotros afilarnos
para entrar y aprender.
Primero encomendamos
nuestro trabajo a Dios
y al docente le profesamos
toda nuestra atención.
Golosos por aprender
hacemos nuestras tareas,
como parte del deber
de nuestra diaria faena.
Sin desmayo vamos trillando,
con arrojo y tenacidad,
el camino de la superación
que nos acerca a la verdad.
Eres testigo, escuela querida,
de evidentes crecimientos
acogiendo estudiantes agradecidos
por todo lo que contigo han aprendido.
La imagen fue tomada de: Dibujos Animados Vectores por Vecteezy