Hola! mi nombre es María Cristina

Me gusta escribir, me gusta compartir mis escritos y hacerlo de forma impresa limita mis horizontes. Este es un medio ideal para llegar a aquellos que están mucho más lejos.

Mi vida inicia a finales del aňo 1971, un 6 de noviembre, en el municipio de San José de las Matas, ubicado en las montanas de la Cordillera Central y perteneciente a la provincia de Santiago, Rep. Dom.

 

Todas mis publicaciones

Carta a mi libro de infancia

Carta a mi libro de infancia

Querido libro:

Mañana es una fecha especial. Estoy feliz de que en el calendario se haya apartado un día para exaltar tu importancia. Has hecho un gran aporte al desarrollo intelectual y espiritual de todo aquel que tus sabios consejos haya podido interiorizar.

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Lectora desde el capullo

Lectora desde el capullo

Cuando era una pequeña criaturita en el vientre de mi mami adoraba los momentos en los que con su dulce voz me leía. Recuerdo que acariciaba con ternura su vientre al sentir mis movimientos de felicidad, por esas impresionantes historias que me hacían saltar en total complicidad.

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!Adiós abuelo Invierno! !Hola, abuelita Primavera!

!Adiós abuelo Invierno! !Hola, abuelita Primavera!

En la casita de la Mariquita Nani ya se estaban guardando los abrigos, acostumbrado ritual para despedir al abuelo Invierno. Durante su visita, con su larga barba blanca y sus cabellos de plata, el abuelo los motivaba a mantenerse dentro del hogar, cerca de la chimenea, saboreando una humeante taza de leche, té o chocolate.

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Salvado por un saludo

Salvado por un saludo

En el estrecho camino de flores que conduce al río, sobre una rama de pino estaba don Grillo. Esta vez no proyectaba su acostumbrada alegría, se veía triste y pensativo. La pulga Maruca notó al instante que algo raro le pasaba al echar de menos el cariñoso saludo que le daba cada mañana.

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Mi héroe la rana

Mi héroe la rana

Era un día gris, amaneció bastante nublado. A pesar de que la naturaleza indicaba con claridad que nos visitaría la lluvia, decidimos formar nuestra tradicional carabana. Cargaríamos comida pesada y llevaríamos con ánimo el trabajo de ese día, que consistía en transportar hasta nuestro almacen muchos granitos de arroz que había tirado una señora en su patio.

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