Lo quiero desde mi niñez,
cuando estudié su inspiradora vida,
se adueñó de mi corazón,
por su coraje y valentía.
Me inspiraba su gran amor,
el que por nosotros sentía.
Desde niño mostró empatía,
por lo que en su pueblo acontecía.
Crecí admirando su entusiasmo,
su visión y liderazgo,
su inquebrantable honor,
su ética y su capacidad de convicción.
Me encantaba escuchar de sus planes,
me hacía sentir heroína,
lista para luchar,
si nuestra patria lo requería.
Vivenciaba cada logro
que su historia me traía.
Sentía lo que él sentía,
él me lo transmitía.
Encontré realmente injusto
que lo exiliaran de aquí,
me puse en sus zapatos,
me lo imaginé sufrir.
Para mí es un padre amoroso,
que hemos de respetar,
protector de todos nosotros
al que debemos siempre honrar.
Siento un amor fraternal,
porque sé de su valía,
y aquel que no sienta lo mismo,
no ha leído su biografía.
Vivirá en los recuerdos
de la gente de su pueblo,
que siente agradecimiento
porque se materializó su sueño.
Me imagino que ya saben todos,
que quien me hace sentir tanto amor,
es Duarte, por intelectual y soñador,
por ser el inspirador de nuestra liberación.
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